Mejora el flujo de caja de tu empresa con estas cinco tácticas

Los consejos para mejorar el flujo de caja de tu empresa pululan. Pero no todos son efectivos porque dependen del estado actual de la liquidez de tu compañía.

Dicho en otras palabras, el mejor consejo que puedes recibir y la mejor acción que puedes implementar es analizar el flujo de caja de tu empresa.

Con esta evaluación, evidenciada en un diagnóstico financiero, tienes una visión integral de la situación actual de tu empresa y su liquidez. Así, las estrategias y tácticas que propongas no se basan en suposiciones, sino en información real, y responden a las necesidades de tu empresa.

Antes de recomendarte cinco tácticas generales para mejorar el flujo de caja de tu empresa, es importante que sepas que el flujo de caja de tu empresa es el termómetro de su bienestar. Gestionarlo bien garantiza la operación de tu compañía.

Evalúa la situación del flujo de caja de tu empresa

Como te adelantamos, la evaluación de la situación del flujo de caja de tu empresa es el primer paso para determinar qué tan riesgoso o qué tan seguro es el ciclo de efectivo que tiene tu empresa.

Además del diagnóstico financiero, analizar el periodo de la venta, la manufactura, la entrega y el cobro te da una idea de cuándo y por qué puede haber un flujo de caja en números rojos.

El ciclo del flujo de caja tiene cuatro microciclos y de su relación depende que tu empresa tenga liquidez suficiente.

Estos son los microciclos del ciclo de flujo de caja:

  • Venta: recursos (tiempo, dinero y personal) que necesitas para que un potencial cliente compre tu producto o servicio.
  • Manufactura: recursos (tiempo, dinero y personal) que requiere adquirir la materia prima para realizar el producto o llevar a cabo el servicio, y los recursos para realizar el producto o llevar a cabo el servicio.
  • Entrega: los recursos (tiempo, dinero y personal) que requieres para entregar el producto o servicio al cliente.
  • Facturación: recursos (tiempo, dinero y personal) para que el cliente pague la factura por el producto o servicio que adquirió.

Si uno de los microciclos del ciclo del flujo de caja cae o se tambalea, los demás se derrumban como fichas de dominó.

Por ejemplo, si primero inviertes en la manufactura y en la venta, y, luego, facturas, hay un periodo en el que no tienes liquidez. Es ahí cuando necesitas financiamiento y asegurarte de que el periodo en el que no tienes liquidez sea lo más corto posible.

Evaluar la situación actual del flujo de caja de tu empresa es crucial porque en la salud de la interacción de los microciclos evidencias en qué puntos tu empresa queda con la soga al cuello.

Entonces, analizar el ciclo del flujo de caja te sirve para:

  • Poner sobre la mesa las amenazas inmediatas;
  • Detectar las fugas de ingresos (si las hubiese); y
  • Controlar los gastos (como medida reactiva o preventiva).

Cinco tácticas para que el flujo de caja de tu empresa tenga números verdes

Gestionar de manera adecuada el flujo de caja es saber cuánto tarda en regresar cada peso que gastas y asegurarte de generar suficientes ingresos antes de gastar el dinero que tienes.

Y para lograrlo implementa estas tácticas que, si bien son generales, pueden prevenir problemas futuros y darte luces en el caso de que el análisis del flujo de caja actual te haya arrojado que tu empresa tiene un flujo de caja negativo.

1. Acelera la facturación o acorta el plazo para que tus clientes paguen

Tienes dinero si cobras. No hay ciencia en ello.

Sin embargo, es común que las empresas paguen 30, 60 o 90 días después de recibir la factura. Acorta este periodo.

Si lo mantienes, son tres meses en los que tu empresa corre con todos los gastos sin entrada de dinero para respaldarlos.

Junto con la disminución del tiempo para el pago de las facturas, puedes:

  • Centralizar las operaciones en un solo banco (para no depender de las transacciones bancarias y el tiempo que requieren); y
  • Ofrecer a tus clientes medios de pago que se acomoden a su situación (así, no te pondrán trabas por la transferencia bancaria, el pago en efectivo o el pago electrónico).

2. Disminuye los gastos de tu empresa

Las ventas tienen que ser mayores que los gastos si quieres que tu empresa sea rentable. Por lo tanto, controla los gastos y disminúyelos cuanto puedas.

No se trata de ser tacaño ni de comprar lo más económico, sino de invertir con estrategia para asegurarte de que cada peso que gastes trae una retribución en el corto, mediano o largo plazo.

O sea, establece una cultura de ahorro e inversión en tu pequeña o mediana empresa.

3. Aprende a negociar, pero sin aprovecharte de la situación

Negociar precios bajos con tus proveedores puede asegurarte materias primas más económicas.

Pero ten en cuenta que:

  • Lo barato sale caro; y
  • Negociar no es pisotear.

Inclinarte por la opción más económica puede acarrear problemas luego, porque no estaba incluido el transporte, no hay seguro que respalde el envío de las materias primas o, sencillamente, la materia prima resulta defectuosa.

Entonces, al analizar los precios, evalúa los pros y los contras.

De otro lado, cuando negocies, no te aproveches. Negociar es establecer la mejor oportunidad para ambas partes.

Puedes ofrecer pagar un precio ligeramente por debajo del que establece la contraparte si te comprometes a pagar de inmediato, por ejemplo. Como has aprendido en este texto, todas las empresas necesitan liquidez. Les alivias un dolor (les das dinero de forma rápida) y tú ahorras un porcentaje en la inversión.

Ambos ganan al mismo tiempo.

Si llegas a acuerdos de este tipo, asegúrate de registrarlos por escrito.

4. Vende: mejor poco que nada

Si tu empresa vende productos y se están apilando en una bodega, es mejor que los vendas con alguna promoción a quedártelos llenando un espacio que te representa un gasto.

Oferta los productos que no se están vendiendo.

De esta manera, aceleras las ventas y recuperas parte del dinero que invertiste, aunque no tengas la misma rentabilidad.

5. Perfecciona las proyecciones de venta

Predecir el futuro es imposible, pero puedes proyectarlo.

Con el análisis derivado del diagnóstico financiero y la evaluación de la salud del ciclo del flujo de caja de tu empresa, puedes hacer predicciones basándote en:

  • Cuántos son los ingresos de tu empresa;
  • Cuantos clientes necesitas para tener números verdes; y
  • Cuáles son los cuellos de botella y cómo solventarlos.

Esto también te permite diversificar clientes, pues depender de pocos es un riesgo grande.

Resumen sobre el bienestar del flujo de caja de tu pequeña o mediana empresa

Tener un flujo de caja saludable que asegura liquidez en tu empresa es generar ingresos antes de gastarlos.

Si tu empresa desconoce cuánto tarda en regresar cada peso invertido, tienes una probabilidad alta de no tener liquidez.

Analiza el ciclo de tu flujo de caja para tomar las medidas necesarias que requiere su situación.

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